Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 05.

Llegó el día que Yoongi se presentaría con Jimin, así que organizaron un pequeño almuerzo para que no tuviera ningún temor y el ambiente fuera amistoso y familiar.

El timbre sonó y Jin salió corriendo de la cocina con una mancha de salsa en la frente para recibir al invitado, se podría decir que el arte de la comida no era el fuerte del omega.

Jimin se encontraba acomodando los platos sobre la mesa del comedor cuando vio entrar a un alfa junto a Jin, venían charlando de algo que parecía agradable porque el omega dio una fuerte carcajada por lo que él había dicho.

No dejaba de pensar en la sesión que tuvo en la mañana con su terapeuta, era un lindo omega de avanzada edad que le escuchaba comprensivo, el salir aún se le dificultaba un poco y se negó a ir a la clínica, fue entonces cuando Jin le sugirió tomar terapia en línea.

Al principio no entendía cómo funcionaban las citas, así que le pidió a Jin que lo acompañara.

Era un gran paso, tanto Yongsun como Jin le hicieron saber lo orgullosos que se sentían por él, fue extraño, pero liberador hablar un poco más. Todo eso fue gracias a su nuevo amigo y su insistencia. Cada que podía lo llenaba de palabras positivas e intentaba que se enamorara de nuevo de la vida.

El especialista le felicitó y le hizo saber que todo se lo tomara con calma, un paso a la vez, y un día a la vez.

Jimin volteó cuando escuchó pasos acercándose, el alfa y omega llegaron hasta donde se encontraba y entonces pudo apreciarlo mejor. Era alto, de ojos café y con una tierna sonrisa, despedía un aroma tranquilizador que le recordaba la playa que visitaba con su mami cuando era niño.

—Jimin, te presento al teniente Min Yoongi —habló Jin.

El alfa esbozó una sonrisa haciendo una pequeña inclinación de cabeza como saludo, sabía perfectamente que debía respetar el espacio del omega.

—Hola, teniente —responde vacilante.

—Es un gusto Jimin, por favor solo dime Yoongi.

—Gracias, para mí también es un gusto —baja la mirada rápidamente para seguir acomodando todo.

Jin se abrazó al torso del alfa llamado su atención —¿Dónde está Yongsun? ¿Yoongi, por qué no vino contigo?

—Se quedó fuera de la casa hablando por teléfono, al parecer Jungkook fue el que llamó.

Jimin fue a la cocina para traer lo que faltaba en la mesa, de camino se encontró con Yongsun, la alfa alzó la mano y saludó.

—Hola, Jimin, ¿qué tal tu día? —preguntó interesada.

—Bien Yongsun, ¿y el tuyo?

—Irritante, de verdad hay personas locas en este mundo que me joden la existencia —bufó—, ¿dónde está Jin? Necesito a mi omega... —dijo haciendo un pequeño puchero.

—Se encuentra en el comedor con el teniente que mencionaste el otro día.

—Perfecto, gracias, Jimin —musitó, apacible y sonriente. Yongsun siguió su camino divisando a uno de sus mejores amigos y a su lindo esposo.

Yongsun llegó donde se encontraban, escuchando cómo Jin hablaba sin parar, contándole a Yoongi lo feliz que estaba por los avances de Jimin y también algo sobre echar azúcar en la sopa por error, cosa que le causó gracia.

Lo abrazó por la espalda dándole un sonoro beso en la mejilla, Jin se dio vuelta devolviendo aquel lindo gesto con mucho cariño, puesto que sabía que estos días habían sido duros para ellos, el caso se estaba volviendo más fuerte cada día.

—Hola, alfa de mi vida —la apretujó.

—Hola, cielo, ¿cómo estás?

—Bien, gracias amor, feliz porque mi mujer ya está en mis brazos —dijo soltando feromonas de felicidad.

—Ustedes son muy tiernos chicos —la voz de Yoongi se escuchó haciendo que la pareja de tórtolos se separara.

Yoongi se acercó a Jimin con tierna sonrisa para que no temiera, el omega venía con un reciente de comida y otras cosas más, le ayudó a ponerlo sobre la mesa, terminaron que acomodarse y se sentaron a comer.

A Jimin poco a poco le agradó Yoongi, él era muy amable y alegre, lo trató como si tuvieran una amistad de años y eso lo hizo un poco feliz.

Después de comer, se sentaron en la sala principal para que Yoongi tomara la declaración de Jimin.

Yongsun tomó la palabra dejando que Jin se acomodara recostándose sobre su brazo —Antes de iniciar quiero contarles que hablé con Jungkook y no tarda en venir, está ansioso de llegar y poder apoyarnos.

—Eso es genial, tengo muchas ganas de verlo, ha pasado mucho tiempo después de que trabajamos juntos —Yoongi comentó alegre.

—Eso es verdad... —Jin siguió la charla sonriendo, llamó la atención de Jimin para conversar y que no se sintiera excluido.

—Jimin, cuando estos se juntan pareciera que comandan la puta mafia rusa.

—Amor, nosotros luchamos contra las mafias, no parecemos una —Yongsun viró los ojos quejándose de inmediato por el pequeño golpe que el omega le propinó.

—Claro que sí, ustedes son poderosos.

—Muy bien Jimin, si me permites podemos empezar —habló Yoongi.

—¿Prefieres conversar a solas con él o te hacemos compañía? —preguntó Yongsun acomodándose y tomando una actitud diferente, por lo que venía a continuación.

—No me dejen por favor, pueden acompañarme.

—Bien, te haré una serie de preguntas, si te sientes incómodo con algo, házmelo saber, ¿está bien?

—Bien.

—¿Cuánto tiempo tenías encerrado en esa casa?

—Seis años.

—¿Alguna vez intentaste escapar?

—Mmm, sí, pero dejé de intentarlo porque Dongwoo descubrió todo y me golpeó —cerró los ojos tratando de no ponerse a llorar, por lo que diría a continuación—, la siguiente ocasión, degolló a una omega frente a mí diciendo que si lo intentaba de nuevo iba a acabar con todos —respiró para calmar sus pensamientos al recordar aquella trágica escena.

—Maldito mal nacido, deben reventarle el culo, sacarle los ojos y alimentar a las ratas, ¡no! Mejor no, pobres animalitos —escupió un Jin muy enojado.

—Tranquilo amor, cálmate —con cariño la alfa le apretó el muslo a su omega—. Yoongi continúa, por favor —pidió intentando calmar al castaño.

—¿Sabes por qué tenía tantos trabajadores?

—No, en realidad no se me permitía hablar ni ver a nadie, el único que se atrevía a dirigirse a mí era Hoseok, tenían cámaras en cada esquina monitoreando lo que pasaba y si algo no estaba como él quería, venía y me golpeaba, aunque yo no tuviera nada que ver con eso. Siempre permanecía encerrado en el cuarto donde me encontraron, solo se me concedía salir cuando él ordenaba que le sirviera. Lamento si no puedo ser de mucha ayuda —Jimin se lamenta con una mirada en forma de disculpa.

Yongsun sonríe con cariño —No digas eso, nos ayudas mucho aunque no lo parezca.

—Entiendo, gracias por hablar conmigo, creo que no te dejaba salir porque la casa era el centro de sus operaciones, encontramos algunos omegas que estaba a punto de vender, era un complejo grande y con muchos apartados —Yoongi mencionó mientras anotaba algunas cosas en su cuaderno.

Jimin sintió una presión en el pecho al recordar aquellos rostros que alguna vez vio, recordó ver a omegas muy jóvenes, su cabeza dolió culpándose de que nunca hizo nada para poder ayudarlos.

Jin lo tomó en brazos y hablando le dijo que no pensara que eso era culpa suya, él había sido también una víctima y ahora todos estaban a salvo.

Yoongi continuó hablando con Jimin hasta tener toda la información que necesitaba.

Omitió una parte importante que no creyó conveniente mencionar aún, luego preguntaría por algunas cosas más. Hasta ahora Jimin ha sido de gran ayuda.

Al terminar conversaron de otros temas diferentes al caso, pasaron la tarde viendo unas películas, Yoongi se despidió de todos, no sin antes decirle a Jimin que contaba con su entero apoyo.

Al llegar la noche cada uno fue a su respectiva habitación, para Jimin era muy difícil conciliar el sueño, gracias a las constantes pesadillas y los miles de pensamientos que llegaban cuando la noche entraba. Daba vueltas en la cama, caminaba de un lado a otro, salía un poco para sentir la brisa de la madrugada, eso le ayudaba a calmar su ansiedad.

✧✦✧

Al fin amaneció, Jimin fue al baño y tomó una ducha, al salir de la habitación notó a un Jin ajetreado por la casa.

—Buenos días, Jin —saludó con un poco de temor de poder incomodar, pero la sonrisa que el omega le brindó calmó sus pensamientos.

—Hola, Jimin, ¿qué tal dormiste?

—Bien, gracias, ¿por qué estás tan nervioso? ¿Hoy no has ido a trabajar?

—Voy a tomar unos días de vacaciones, Jungkook habló con Yongsun diciendo que no tarda en llegar y debo acomodar una habitación para él, además quiero estar junto a ti durante este tiempo —comentó sonriendo.

—Eres tan bueno, pero no debes preocuparte tanto, ahora dime, ¿necesitas ayuda?

—Nada de eso, prometí estar a tu lado y lo voy a cumplir. Y sí, claro, puedes ayudarme a acomodar los cobertores sobre la cama —el castaño llevó unas mantas, su rostro estaba rojo por todo el trabajo que hizo en casa, las empleadas se encargaban de cocinar y otras de limpiar.

Pasaron toda la mañana arreglando varias cosas en la habitación, hoy no tenía sesión, así que prepararon un poco de té después de regar las nuevas plantas que estaban en el jardín que mágicamente habían aparecido.

Jimin amaba ese jardín, era muy hermoso, tan lleno de vida y color.

—Jin... —llamó hablando en un tono bajo.

—Dime querido —respondió con la taza rozando sus labios.

—Gracias... por todo. Me diste donde vivir, abriste tu hogar para dejarme entrar —dice con la vista perdida en las plantas.

En la sesión anterior habló sobre sus sentimientos, el terapeuta abordó un par de temas, como la culpa y el arrepentimiento. Dijo que cada decisión en nuestra vida marca el rumbo de nuestra existencia, sea para bien o para mal, le hizo entender que fue víctima en manos de una mala persona y que eso no demostraba quién era, justo lo que decía Jin.

—No tienes que agradecer nada cariño, créeme cuando te digo que lo hago con todo el amor posible —le sonrió dejando el té sobre la mesa.

—Ustedes han sido tan buenos conmigo y no tengo cómo pagarles... Estoy intentando dar lo mejor de mí, voy a buscar un empleo y pagaré todo, no creas que soy un aprovechado —menciona con la sensación de un nudo formándose en la garganta.

—Jimin, no, ¿cómo puedes suponer eso?, todo lo hacemos porque queremos, yo te considero parte de la familia, al igual que Yongsun, no intentes encontrar una respuesta, pero es algo que nuestros instintos mandan, el universo sabe qué hace, y nos pone donde debemos estar —se acercó para estar más apegado, apreciando su hermoso rostro, notando como tenía la mirada perdida y el viento acariciaba su cabello, sus facciones reflejaban tanta tristeza que al pobre castaño, el corazón se le estrujaba.

—Creí que ese era mi fin, ¿sabes? —Jimin habló luego de un tiempo con la vista en los árboles, apreciando como el viento movía suavemente las hojas.

—¿A qué te refieres? —preguntó para dejar que hablara, ahora era más comunicativo, las terapias parecían ir bien.

—El día que me rescataron, pensé que sería mi fin, soñé que mi mamá me acariciaba y me sonreía. Me saludaba y yo solo esperaba poder levantarme y seguirla, pero no tenía fuerzas para morir, pero tampoco para vivir, ¿entiendes?

Jin sintió cómo sus lágrimas caían por sus mejillas, se acomodó a un lado de su amigo y lo atrajo a su pecho, dio pequeñas caricias sobre su espalda queriendo darle ánimo para continuar hablando.

—La extraño tanto, era tan hermosa y buena. Todo el tiempo en ese lugar pensé que cualquier día sería mi muerte, sin embargo, alguien hizo una buena jugada y me dejaron aquí, no sé si fue el destino, o el universo mismo que creyeron chistoso que todo esto pasara.

—Seguro que era tan bella como tú lo eres, la vida es jodida y estamos felices de tenerte con nosotros.

—No tienes idea, con tan solo una sonrisa lograba alegrarme el día, cuando falleció, el hospital se hizo cargo de ella. Solo éramos mi madre, una flor y yo en aquella habitación. Una de las enfermeras me la había dado para que se la dejara, me dijo: "así ella llevará algo tuyo para siempre" pero ella no sabía que la mitad de mi corazón iba junto a mi madre.

—Sabes que tu mami vive siempre junto a ti, basta con ver a tu alrededor, en un atardecer o en la suave brisa, en lo hermoso de la vida, Jimin, incluso en ti mismo —consoló, luchando para verse fuerte.

Jimin suspira pensando en las palabras de Jin —Me encanta estar aquí, ese olor me recuerda mucho a ella —habla refiriéndose al jardín.

—¿Qué olor?, ¿las azucenas o las rosas?

—Rosas, así olía ella, al momento de enfermar su olor cambió, ya no era algo fresco ni dulce, era como el de las flores cuando ya no tienen vida y se apagan, cuando partió simplemente todo se marchitó a mi alrededor.

—Ya verás Jimin, algún día todo reverdecerá de nuevo.

No supo que más responder así que cambió el tema, era una batalla que seguramente perdería si pensaba que algún día la primavera lo visitaría de nuevo.

—Yongsun huele como tus azucenas.

—Por eso las planté, el olor me relaja, simplemente no puedo estar sin él, algún día vas a terminar por encontrar la felicidad, confiemos en el proceso.

—Hubo un tiempo que conocí la felicidad Jin, pero duró tan poco que así como vino se fue, mejor dicho me la arrancaron —recuerdos de su cachorro le invadieron.

Jin seguía abrazándolo y escuchando, liberando un poco de feromonas con la esperanza de tranquilizar a Jimin, no estaba seguro de si eso ayudaba, ya que para él era un beta.

—Nadie te prepara para los golpes de la vida, nadie dice que duele como el mismo infierno, aunque hayas caminado sobre brazas toda la vida, pero aprendes al final, que solo eres tú y cuando la vida te tira lo mejor es sacudirse el polvo y seguir caminando, el doctor lo mencionó en la sesión de ayer —Jimin habló después de un rato de silencio.

—Ya nunca más estarás solo, siempre voy a estar a tu lado. Todo tomará su lugar, ya verás, y si cariño el doctor es muy bueno.

Como en otras ocasiones en que Jimin abría su corazón con Jin, se quedó dormido queriendo soñar con cosas lindas y poder creer las palabras del omega.

Jin le recostó y lo cubrió con una manta, dejando que Jimin pudiera encontrar un poco de tranquilidad, era de su conocimiento que por las noches se le dificultaba dormir y era tan grato verlo descansar; aún así, dormido en su rostro se leía mucha tristeza.

Jin suspiró rogando a los dioses por él.

Pasado el rato, Jimin despertó, se disculpó con Jin y este le dijo que no había porqué preocuparse. Yongsun llegó a casa con bolsas de comida para la cena, ambos estaban esperándola para prepararla.

—Jungkook no debe tardar en llegar, el muy maldito no me llamó para que fuera por él al aeropuerto.

—¡Yongsun ese lenguaje! —reprendió su omega—. No sabía que Jungkook estaba fuera.

—Perdón, amor, estaba fuera por una misión, algo confidencial —comentó algo ajetreada.

—Bien, preparemos todo según lo que hablamos, así podremos cenar juntos.

—Empecemos entonces, a propósito, Jimin me ayudó a acomodar todo para Jungkook en la habitación —comentó el castaño siguiendo a la alfa.

—Eso fue muy amable de tu parte Jimin, muchas gracias.

—No es nada —dijo esbozando una muy suave y tímida sonrisa.

La pareja se vio con ilusión, notaban los pequeños cambios de Jimin y el esfuerzo que él hacía por ayudar y recuperarse. También lo mantenía alentado la esperanza de poder ver de nuevo a Hoseok.

Jimin cocinó uno de los platillos que aprendió en el restaurante donde trabajaba cuando era más joven, era algo que le gustaba hacer, aunque no se le daban muy bien algunas cosas, hizo su mayor esfuerzo.

—Eso huele de maravilla, Jimin, yo por más que intente involucrarme en la cocina nada me sale bien.

—No es nada, es algo sencillo —respondió tímido, aún no se acostumbraba a los halagos y buenos comentarios—. Si tú quieres puedo enseñarte lo poco que sé.

—Eso sería genial, compraremos lo necesario después, gracias Jimin.

Ahora todos se encontraban limpiando y acomodando, la cena estaba lista. En ese momento escucharon sonar el timbre.

Jimin se sintió un poco nervioso y Jin se acercó a él mientras Yongsun se dirigía a la puerta principal.

Tanto Yongsun como Jin entendían a la perfección que Jimin se volvía algo inquieto con las nuevas personas, a ellos les tomó mucho tiempo poder tener la confianza y a Yoongi que solo hacía pequeñas visitas para informar del caso, pero era diferente a vivir con alguien nuevo.

De por sí, las personas conocidas le causaban ansiedad, no se digan las nuevas.

Jin tomó la mano de Jimin al notar que este empezó a dar pellizcos en su piel —Tranquilo, si te sientes incómodo podemos mandar a Yongsun y a Jungkook a comer afuera —sonríe para tranquilizarlo—. Pero yo sé que tú puedes.

—Bien... —Jimin suspiró.

Escucharon risas y bullicio en la entrada, eso les hizo saber que el hermano de Yongsun ya estaba en casa.

—Hermano, al fin estás aquí —la alfa chilló emocionada, tirándose en sus brazos y enroscando sus piernas alrededor de la cintura de Jungkook.

—Hola, Sun, estaba tan desesperado de poder verte de nuevo.

La alfa se bajó de su cintura y lo llevó dentro de la casa —Espera, debo llamar a los chicos, están en la cocina —antes de seguir, se dio vuelta y le apuntó con el dedo—, Jungkook recuerda lo que te dije de Jimin, él es tan lindo y tierno, aún sigue luchando con muchas cosas, es muy fuerte, pero necesita su espacio.

—Si Sun, no te preocupes, yo entiendo de eso, se trata de mi trabajo, ¿lo olvidas? —le sonrió mostrando su bella sonrisa.

Mientras tanto, cerca de la cocina, Jimin respiraba profundamente, trataba de calmarse y no provocarse un colapso nervioso, y es que no sabía porqué estaba así; con las manos frías y sudorosas.

—Jin, Jimin, vengan, Jungkook está aquí... —llamó Yongsun muy emocionada.

Ambos caminaron hacia la entrada, Jimin literalmente sentía cómo su corazón palpitaba en su pecho.

Al llegar notó la presencia del gran y poderoso alfa, cabello liso peinado hacia atrás, camisa blanca sencilla con unas pequeñas letras, pantalones amarillos con franjas blancas y negras, era muy guapo. Pero lo que Jimin notó fue esa enorme sonrisa capaz de derretir los más grandes glaciares de su ser, además unos ojos azules tan intensamente hermosos.

Jin no bromeaba cuando dijo que su sola presencia era poderosa e imponente.

Algo extraño dentro de él pasó, desde que posó sus ojos en ese alfa, algo que una vez tuvo parecía querer revivir, dando pequeños pasos al percibir ese aroma a madera y tierra mojada.

Su olor era tan relajante que le otorgó paz, tranquilidad. Suspiró, de pronto sintió ganas de llorar, hace tanto que no tenía un sentimiento como ese.

Inmediato bajó vista, pues, se sintió intimidado y un poco fuera de lugar al observarlo de más.

El primero en dejarse ver fue Jin, que corrió hacia al alfa tirándosele en brazos, Jungkook lo abrazó con cariño y le dio una vuelta levantándolo por el aire.

—Jungkook, eres un idiota, tienen que tener amenazado nuestro enorme culo para que te dignes a venir —Jin fingió reprenderlo, pero la enorme sonrisa en su rostro decía otra cosa.

—Jin cállate, Jimin no sabe nada de eso —dijo Yongsun, dándole un pequeño pellizco.

Jimin escuchó la hermosa risa de Jungkook, vio cómo el alfa abrazaba fuerte al omega.

—Gracias, Jin, yo también te extrañé —y su voz, diablos, su voz era tan arrulladora, Jimin estaba atento.

—Ya suéltame, que me vas a apestar —el omega se removió pataleando.

—¡Oye, no seas grosero! —reprendió el alfa bromeando con Jin.

—Ven que te presento a Jimin —Jin tomó emocionado las manos de Jungkook y tiró de él para llevarlo a donde se encontraba.

Jungkook entonces se fijó en el lindo chico que se encontraba de pie junto a la puerta de la cocina, tenía la vista en uno de los cuadros que él había pintado, sus manos estaban dentro de esa enorme sudadera que llevaba puesta, pantalones negros, cabello rubio y algo corto, su rostro era muy bello.

Su alfa se removió inquieto, Jin lo guiaba junto a Yongsun, Jungkook quedó asombrado por lo lindo que era. Al parecer ese lindo chico se veía más interesado en las flores pintadas que en su propia presencia.

—Jimin querido, te presento a Jungkook, el hermano de Yongsun, él es de quien te hemos hablado.

Jimin llevó su vista hacia el frente.

Jungkook y su alfa quedaron asombrados ante tal belleza, facciones delicadas y acentuadas, sintió algo en su pecho al momento de conectar miradas, era su instinto aullando exigiendo acercarse y proclamar a su destinado.

Un lazo se formaba, algo que parecía imposible, pues dicen que se necesita un segundo para reconocer a tu alma gemela, el afecto creciente es lo único que somos capaces de percibir y trasciende dimensiones de tiempo y espacio. Y en este instante era como si el universo mismo era creado alrededor de ellos por causa de ellos y para ellos.

Jungkook no pudo quitar la mirada, "omega" su alfa rugió fuerte, territorial.

Calmó sus instintos mordiéndose la lengua por el deseo de llamarle por aquella palabra. Yongsun había dicho que Jimin era un beta, pues no tenía ningún olor, y eso era verdad, no se percibía ningún rastro más que de jabón y antibacterial.

"Contrólate" pensó, pero su instinto le exigía acercarse y atraerlo a su pecho y poder abrazarlo.

Jin lo notó.

Ambos se quedaron viéndose a los ojos sin parpadear. Hasta que Jungkook recobró la compostura.

—Es un gusto Jimin, mi nombre es Jeon Jungkook —el alfa quería saludar y darle un pequeño apretón de manos, pero no quiso ser irrespetuoso. Así que elevó la mano demostrando su respeto.

—Hola, igual es un gusto —respondió bajo, pero sin quitar la vista del alfa.

Seokjin y Yongsun se vieron las caras y sonrieron cómplices.

—Y bien, ¿quién de ustedes tiene hambre? —preguntó Jin, dando un aplauso, rompiendo la tenue tensión que se formó entre esos dos.

—Yo, en realidad, no he comido y muero de hambre —habló el alfa, tocándose el estómago.

—Entonces a comer —Yongsun abrió paso para guiarlos.

Todos llegaron a la cocina, los hermanos se sentaron uno al lado del otro y Jin junto a Jimin, al omega no le extrañaba lo cohibido que se puso al conocer a Jungkook.

—Jimin fue el cocinero esta noche, así que no hay problema en que las papas estén dulces —el omega comentó al recordar una vez que preparó puré de papas y lo sazonó con azúcar en lugar de sal.

Cenaron comentando del viaje de Jungkook y de las misiones las cuales sí era permitido hablar, Yongsun y Jin sobre lo que había sido su vida desde que se vieron por última vez.

Jimin solo veía su plato comiendo pequeños bocados sin hacer comentario alguno, los chicos intentaron incluirle en la conversación, pero solo lograban ruborizarlo un poco y solamente respondía con monosílabos.

Jungkook daba miradas rápidas a Jimin, quien solo comió un poco en su plato, no pretendía molestarlo, pero estaba siendo difícil controlar a su alfa.

La noche pasó más rápido de lo esperado, se levantaron de la mesa para poder limpiar, dieron las gracias y felicitaron a Jimin por la cena, este dio las buenas noches a todos para dirigirse a "dormir".

Yongsun llevó a Jungkook a su habitación, el alfa colocó sus maletas sobre la cama, buscado algo cómodo para ponerse después de tomar una ducha.

—¿Qué piensas de Jimin? —su hermana preguntó.

—Pienso que tengo una gran admiración por ese chico, ha pasado por mucho. Luce tan vulnerable.

—Ha mejorado tanto desde que vino, si tan solo lo hubieras visto... —Yongsun sacudió su cabeza suspirando.

El alfa de Jungkook rugió en su pecho, dejando desconcertada a su hermana.

—Jungkook, ¿qué diablos fue eso? —la alfa preguntó desconcertada.

—No lo sé, la idea de que lo hayan dañado de tal manera me enfurece tanto y...

—¡Espera! ¿Qué? No, olvídalo —Yongsun prefirió no mencionar nada de la extraña actitud de Jungkook, quería comentarlo primero con su omega, ya que ambos actuaron extraño cuando se vieron.

—Tú y Jin merecen el cielo Sun, estoy tan orgulloso de ti y lo que has logrado, eres una gran alfa.

—Calla Kook, me harás llorar. Desde que lo vi, sentí el impulso de cuidarlo, yo aún no comprendo cómo sobrevivió, qué fue lo que hizo que se aferrara a la vida de la forma que lo hizo.

—No sé Sun, pero ahora que estoy aquí, vamos a acabar con ese alfa y con todas esas malditas cucarachas. Rodarán las cabezas de todos esos imbéciles.

Yongsun no dijo nada sobre la actitud de su hermano y mucho menos de su fuerte aroma, era claro que algo le había pasado al ver a Jimin, pero no diría nada, no aún.

Mientras tanto, Jimin en su habitación, estaba acostado mirando al techo, preguntándose porqué sentía ese cosquilleo dentro de él, una pequeña sonrisa volvió a brotar de sus labios recordando lo bien que se sintió con el aroma de ese alfa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro